El icónico club Ushuaïa Ibiza celebró su closing party con un rotundo éxito

Llegó el turno de uno de los grandes templos de la electrónica de la isla blanca, Ushuaïa. El beach club más famoso de la isla balear ha firmado una temporada de auténtico lujo y para poner la guinda al pastel conformaron una fiesta de cierre con un elenco de artistas a la altura para la ocasión.

El line up formado por nombres como el dj y productor chileno Francisco Allendes, Paul Kalkbrenner, Agoria, Andrea Oliva y The Martinez Brothers entre otros ya apuntaba maneras, pero la realidad siempre supera cualquier imaginación, así que viviéndolo en primera persona podemos asegurar que lo ocurrido el pasado 5 de octubre está a otro nivel de cualquier fiesta asistida anteriormente.

Entramos al ritmo de un habitual en el club ibicenco y figura inminente en la fiesta más famosa de los sábados en Ibiza, Andrea Oliva estaba en los platos a una temprana hora habituados a verlo siempre echando él mismo la llave al club, el suizo siempre es una apuesta segura, se metió a la gente en el bolsillo con un cautivador set, mezclando a la mismísima Rosalía, dejó el listón muy alto hacia el cambio de rumbo que proseguiría con la siguiente protagonista.

Llegado el turno de The Black Madonna, inundó Ushuaïa con sus sonidos eclécticos house y disco, entregada al púbico interactuando con él, dejó muy marcado su estilo y un cambió a un ritmo bastante diferente de su predecesor en cabina. Seguidamente llegó el momento de la estrella berlinesa Paul Kalkbrenner, no decepcionó para aquellos que buscaban lo que ofrece el alemán, único por su live set techno nos deleitó con sus clásicos como “Sky and sand” o “Altes Kamuffel” donde también sorprendió con diferentes ritmos house a los que animaba su sesión despegándose un poco más de lo melódico.

Pero sin duda alguna, si la noche la tuviésemos que describir con un nombre, sería el de estos dos astros: The Martinez Brothers, con los hermanos en cabina Ushuaïa cambió de rumbo radicalmente y fue el verdadero despegue de la closing party contagiando su buena energía a toda la pista.

Los neoyorquinos nos deleitaron con su habilidad a los platos y su particular selección musical a medida que el beach club comenzaba a estar a rebosar de un público sediento de los ritmos groove, la música disco se combinó a la perfección con el tech-house que tanto les caracteriza, dejando huella de sus orígenes con temas como su re edit de “Lil Yachty”, remezclando a los icónicos Bee Gees con su “You should be dancing” y ofreciéndonos en primicia temazos como el que está a punto de salir con su socio por excelencia Jamie Jones, fue un set de esos épicos que te hacen alzar los brazos al cielo interminablemente, de los que te conducen al mismísimo nirvana. Nunca habíamos presenciado un hype tan rotundo de principio a fin como el que se produjo en cuanto The Martinez Brothers pisaron la cabina.

Para poner punto final, el encargado de echar la llave fue nada más y nada menos que Joseph Capriati, el italiano adaptó su estilo a lo que venía poniendo en auge a todo el público durante la hora y media anterior, sorprendiéndonos con un estilo tech-house que encajaba a la perfección con lo que se esperaba de él y alejándose del techno duro a lo que nos tiene acostumbrados recientemente, supo estar a un gran nivel y la responsabilidad que conlleva cerrar nada más y nada menos que Ushuaïa.

Ushuaïa se vistió de gala para la ocasión, una enorme pantalla led en los alrededores con el lema de la fiesta #NoGoodbye te daba la bienvenida a la vez que te conducía hacia la puerta del paraíso, la iluminación y efectos visuales jugaron un punto clave desde que se puso el sol y se podían apreciar las espectaculares pantallas LED del escenario, láseres que cambiaban totalmente la tonalidad del club y un juego incesante de luces robotizadas, juntamente con el efecto impresionante que producen sus enormes chorros de Co2, hizo que con todo el conjunto y el buen ambiente que se respiraba entre sus asistentes viviésemos un espectáculo que todo amante de la música electrónica se debería regalar la oportunidad de vivir.