Anastasia: El musical de Broadway se estrena en México
La recreación del esplendor y la gloria de la época Zarista
Anastasia, el Musical de Broadway, se estrenó en el Teatro Telcel de la Ciudad de México, convirtiéndose en uno de los eventos más esperados de esta corta temporada.
Una puesta en escena que desde inicio a fin tiene a todo el público expectante y sorprendido por la calidad de su producción e interpretaciones. El montaje revive las ilusiones de las generaciones que crecieron con la película que tiene como base la leyenda de la más pequeña de la familia Romanov.
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La recreación del esplendor y la gloria de la época Zarista en contraste con la Revolución Rusa; y la aventura de escapar de esa sociedad comunista son el marco ideal para que una pareja se enamore y concreten su romance en los alegres años veinte en París.
Todo está enmarcado en una ambientación que incluye el invierno ruso bajo la sombra de los Palacios de Invierno y el Yusúpov de San Petersburgo, para después continuar con un escape de antología en un tren soviético rumbo a París donde no puede faltar la Torre Eiffel, el Club Nevá, punto de reunión de la sociedad rusa en el exilio y múltiples escenas en teatros y edificios emblemáticos de la capital francesa como el Puente de Alejandro III. Cada escena es un desfile apoteótico de vestuario de época que recrea el más mínimo detalle. Por lo que, al bajar el telón final la lluvia de aplausos de pie no se hizo esperar.
Vestuario
Para todos los diseños se examinaron minuciosamente fotografías históricas, libros de historia y arte, ya que estos personajes fueron reales. Sin embargo, los problemas se dieron al trasladar esas imágenes a la escena. Geneviève aclara que en las fuentes históricas los personajes sólo están posando, en cambio en el escenario, tienen que bailar y desplazarse al ritmo de la obra. “Se requería de materiales y diseños que permitieran el movimiento. Tenía que ser funcional. Situación que Lina Cho solucionó al hacer prendas más amplias y con más pliegues”.
“Existen 125 trajes durante toda la obra, pero cada vestuario se compone de diferentes piezas, por ejemplo: el personaje de Dimitri usa pantalón, camisa, chaleco, suéter, saco, gorra, guantes, botas, etcétera… estamos hablando de 7 u 8 elementos por personaje, entonces son más de 800 piezas las que vemos en escena”. Afirma, Geneviève Petitpierre, Supervisora de Diseño de Vestuario de la producción mexicana. “Toda la ropa que está en contacto con el cuerpo se lava diario, la limpieza de lo demás se va alternando, unas cosas a mano y otras en la tintorería”.